---------
Si no Escuchas Click AQUI
Rev. William Soto Santiago, Ph.D.
Domingo, 08 de enero de 2006 - Goiânia-GO, Brasil
Domingo, 08 de enero de 2006 - Goiânia-GO, Brasil
Este Séptimo Sello es abierto en el Cielo, en el Templo Celestial, este Séptimo Sello pertenece al Libro que está sellado con siete sellos. En el libro del Apocalipsis, capítulo 5, nos habla de este libro, comenzando en el verso 1 en adelante, dice.
Aquí tenemos ese Libro sellado con Siete Sellos, ese es el Libro de la Vida del Cordero, donde están escritos los nombres de todas las personas que serían redimidas por la Sangre de Jesucristo; por consiguiente, ahí están los nombres de todos los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo que serían manifestados en este planeta Tierra y escucharían la predicación del Evangelio de Jesucristo, que es la predicación del Evangelio de la Gracia, donde se da a conocer el misterio de la Primera Venida de Cristo y Su muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de la Expiación por nuestros pecados, lo cual estaba tipificado en el sacrificio del macho cabrío, que se efectuaba el día diez del mes séptimo de cada año en medio del pueblo hebreo conforme a Levítico capítulo 23 versos 26 al 29; también la pascua, aquel cordero pascual que fue sacrificado, muerto en la víspera de la pascua allá en Egipto cuando el pueblo hebreo estaba por salir libre rumbo a la tierra prometida, Dios le ordenó a Moisés, tomar un cordero de un año el día diez, y luego el día catorce sacrificarlo en la tarde.
Y ahora, entre las dos tardes sería efectuado todo, y luego el pueblo hebreo durante la noche tendrían a ese cordero pascual asado en fuego, comiéndolo en sus hogares, y en la puerta de sus hogares tendrían la sangre de ese cordero pascual aplicada para la preservación de la vida de los primogénitos de esos hogares hebreos, porque durante la noche de la pascua Dios visitaría con juicio a Egipto, y morirían todos los primogénitos, comenzando desde el primogénito hijo del rey, del faraón, hasta el hijo del esclavo, y también los primogénitos de los animales.
Aquí tenemos ese Libro sellado con Siete Sellos, ese es el Libro de la Vida del Cordero, donde están escritos los nombres de todas las personas que serían redimidas por la Sangre de Jesucristo; por consiguiente, ahí están los nombres de todos los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo que serían manifestados en este planeta Tierra y escucharían la predicación del Evangelio de Jesucristo, que es la predicación del Evangelio de la Gracia, donde se da a conocer el misterio de la Primera Venida de Cristo y Su muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de la Expiación por nuestros pecados, lo cual estaba tipificado en el sacrificio del macho cabrío, que se efectuaba el día diez del mes séptimo de cada año en medio del pueblo hebreo conforme a Levítico capítulo 23 versos 26 al 29; también la pascua, aquel cordero pascual que fue sacrificado, muerto en la víspera de la pascua allá en Egipto cuando el pueblo hebreo estaba por salir libre rumbo a la tierra prometida, Dios le ordenó a Moisés, tomar un cordero de un año el día diez, y luego el día catorce sacrificarlo en la tarde.
Y ahora, entre las dos tardes sería efectuado todo, y luego el pueblo hebreo durante la noche tendrían a ese cordero pascual asado en fuego, comiéndolo en sus hogares, y en la puerta de sus hogares tendrían la sangre de ese cordero pascual aplicada para la preservación de la vida de los primogénitos de esos hogares hebreos, porque durante la noche de la pascua Dios visitaría con juicio a Egipto, y morirían todos los primogénitos, comenzando desde el primogénito hijo del rey, del faraón, hasta el hijo del esclavo, y también los primogénitos de los animales.
Pero los hogares hebreos no tendrían muerte de sus primogénitos porque tendrían el cordero pascual en sus hogares, y se lo estarían comiendo, y tendrían la sangre de ese cordero pascual aplicada en sus puertas, y Dios dijo: “Yo veré la sangre y pasaré de vosotros.”
La señal de la sangre sería la que libraría a los primogénitos hebreos del juicio de la muerte que vendría sobre Egipto; luego en el Nuevo Testamento Juan el Bautista cuando vio a Jesús, dijo: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.” San Juan, capítulo 1, versos 28 al 36.
Y San Pablo en Primera de Corintios, capítulo 5, verso 7, nos dice:“...porque nuestra pascua, la cual es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.”
Y ahora, en Jesucristo muriendo en la Cruz del Calvario se han cumplido estos tipos y figuras de aquellos sacrificios que se efectuaban en el Antiguo Testamento, en medio del pueblo hebreo. Ya no tenemos el tipo y figura, tenemos la realidad, la realidad que es Cristo, con Su Sacrificio en la Cruz del Calvario por mí, ¿y por quién más? Por cada uno de ustedes también.
Por lo tanto, ya hay un Sacrificio de Expiación por los pecados de todo ser humano: de hebreos y de gentiles, por lo tanto, no hay judío, ni griego, no hay judío ni gentil, todos tienen acceso a ese Sacrificio de Expiación por sus pecados.
No hay exclusividad para un grupo, es para todo aquel que desee obtener el perdón de sus pecados, que venga a los Pies de Jesucristo para obtener el perdón de sus pecados, ser limpios de todo pecado, ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo bautizarlo con Espíritu Santo y Fuego y producir en la persona el nuevo nacimiento.
Y hasta que haya entrado al Cuerpo Místico de Cristo, hasta que haya entrado al Reino de Dios, hasta que haya obtenido el nuevo nacimiento hasta el último de esas personas escritas en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, Jesucristo como Sumo Sacerdote no puede dejar Su lugar de Intercesión en el Templo Celestial, porque la persona que no sea reconciliada con Dios, no podrá vivir eternamente.
Y todos los que están escritos en el Libro de la Vida del Cordero están ordenados por Dios para vivir eternamente. Por esa causa es que se ha estado predicando el Evangelio de Cristo por dos mil años (alrededor de dos mil años), y se ha predicado el Sacrificio de Expiación por los pecados del ser humano, para que las personas reciban a Cristo como Salvador, obtengan el perdón de sus pecados, sean bautizados en agua en Su Nombre, y Cristo los bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ellos el nuevo nacimiento, y nazcan en el reino de Dios como hijos e hijas de Dios, nazcan en la familia de Dios.
Esos son príncipes y princesas, son los miembros de la realeza celestial, y Dios es el Rey. Por lo tanto, todos los redimidos con la Sangre de Cristo pertenecen a la realeza, quizás no de esta Tierra, pero de la Realeza Celestial, la Realeza de Dios, el Rey de los Cielos y de la Tierra.
Por lo tanto, esos hijos son eternos, por eso serían redimidos, por eso es que pueden volver a la Vida eterna, pueden ser restaurados a Dios, pueden ser reconciliados con Dios.
Por lo tanto, a través de la predicación del Evangelio de Cristo, es que se ha estado llamando y juntando a todos los hijos de Dios que estaban dispersos por el mundo entero, a través de los diferentes siglos, y para este tiempo se va a completar el número de los miembros de la Iglesia de Jesucristo, que están escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, que es el Libro de los Siete Sellos.
La señal de la sangre sería la que libraría a los primogénitos hebreos del juicio de la muerte que vendría sobre Egipto; luego en el Nuevo Testamento Juan el Bautista cuando vio a Jesús, dijo: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.” San Juan, capítulo 1, versos 28 al 36.
Y San Pablo en Primera de Corintios, capítulo 5, verso 7, nos dice:“...porque nuestra pascua, la cual es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.”
Y ahora, en Jesucristo muriendo en la Cruz del Calvario se han cumplido estos tipos y figuras de aquellos sacrificios que se efectuaban en el Antiguo Testamento, en medio del pueblo hebreo. Ya no tenemos el tipo y figura, tenemos la realidad, la realidad que es Cristo, con Su Sacrificio en la Cruz del Calvario por mí, ¿y por quién más? Por cada uno de ustedes también.
Por lo tanto, ya hay un Sacrificio de Expiación por los pecados de todo ser humano: de hebreos y de gentiles, por lo tanto, no hay judío, ni griego, no hay judío ni gentil, todos tienen acceso a ese Sacrificio de Expiación por sus pecados.
No hay exclusividad para un grupo, es para todo aquel que desee obtener el perdón de sus pecados, que venga a los Pies de Jesucristo para obtener el perdón de sus pecados, ser limpios de todo pecado, ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo bautizarlo con Espíritu Santo y Fuego y producir en la persona el nuevo nacimiento.
Y hasta que haya entrado al Cuerpo Místico de Cristo, hasta que haya entrado al Reino de Dios, hasta que haya obtenido el nuevo nacimiento hasta el último de esas personas escritas en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, Jesucristo como Sumo Sacerdote no puede dejar Su lugar de Intercesión en el Templo Celestial, porque la persona que no sea reconciliada con Dios, no podrá vivir eternamente.
Y todos los que están escritos en el Libro de la Vida del Cordero están ordenados por Dios para vivir eternamente. Por esa causa es que se ha estado predicando el Evangelio de Cristo por dos mil años (alrededor de dos mil años), y se ha predicado el Sacrificio de Expiación por los pecados del ser humano, para que las personas reciban a Cristo como Salvador, obtengan el perdón de sus pecados, sean bautizados en agua en Su Nombre, y Cristo los bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ellos el nuevo nacimiento, y nazcan en el reino de Dios como hijos e hijas de Dios, nazcan en la familia de Dios.
Esos son príncipes y princesas, son los miembros de la realeza celestial, y Dios es el Rey. Por lo tanto, todos los redimidos con la Sangre de Cristo pertenecen a la realeza, quizás no de esta Tierra, pero de la Realeza Celestial, la Realeza de Dios, el Rey de los Cielos y de la Tierra.
Por lo tanto, esos hijos son eternos, por eso serían redimidos, por eso es que pueden volver a la Vida eterna, pueden ser restaurados a Dios, pueden ser reconciliados con Dios.
Por lo tanto, a través de la predicación del Evangelio de Cristo, es que se ha estado llamando y juntando a todos los hijos de Dios que estaban dispersos por el mundo entero, a través de los diferentes siglos, y para este tiempo se va a completar el número de los miembros de la Iglesia de Jesucristo, que están escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, que es el Libro de los Siete Sellos.
Para este tiempo final será que Cristo abrirá el Libro de los Siete Sellos, cuando haya terminado Su labor de Intercesor en el Cielo. Este Libro de los Siete Sellos se ha estado cumpliendo de etapa en etapa durante las diferentes etapas de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y las cosas correspondientes a este tiempo final en la Iglesia de Jesucristo, con el pueblo hebreo y con el mundo entero, está también dentro del Libro de los Siete Sellos.
Para este tiempo final será que el Séptimo Sello se estará cumpliendo juntamente con el Sexto Sello, y por consiguiente bajo el Séptimo Sello estarán cumpliéndose las cosas correspondientes a este tiempo final del Programa Divino.
Y el Séptimo Sello tiene tres etapas muy importantes; la tercera etapa de ese sello tendrá una manifestación muy grande de parte de Dios por medio de Su Espíritu Santo, en esa tercera etapa grandes cosas estarán sucediendo, en esa tercera etapa es que se estará cumpliendo lo dicho por San Pablo en Primera de Tesalonicenses, capítulo 4, versos 12 en adelante.
Y las cosas correspondientes a este tiempo final en la Iglesia de Jesucristo, con el pueblo hebreo y con el mundo entero, está también dentro del Libro de los Siete Sellos.
Para este tiempo final será que el Séptimo Sello se estará cumpliendo juntamente con el Sexto Sello, y por consiguiente bajo el Séptimo Sello estarán cumpliéndose las cosas correspondientes a este tiempo final del Programa Divino.
Y el Séptimo Sello tiene tres etapas muy importantes; la tercera etapa de ese sello tendrá una manifestación muy grande de parte de Dios por medio de Su Espíritu Santo, en esa tercera etapa grandes cosas estarán sucediendo, en esa tercera etapa es que se estará cumpliendo lo dicho por San Pablo en Primera de Tesalonicenses, capítulo 4, versos 12 en adelante.
Israel será la nación más privilegiada de todas las naciones, y de todas las ciudades del mundo, Jerusalén sera la más privilegiada, ahí es donde Dios colocará Su Reino, Su Mesías, y le dará todas las naciones como heredad Suya, conforme al Salmo 2, verso 1 al 2.
Israel es la higuera, y los demás árboles son las demás naciones (demás naciones que van a entrar a ese Reino Milenial), las demás naciones que van a recibir una resurrección espiritual, como Israel recibe una resurrección espiritual, y recibe también una resurrección como nación.
Y ya la tenemos como una nación libre y soberana, pero le falta la resurrección espiritual donde entrará el Espíritu de Dios a ella bajo el ministerio de Elías, conforme a Malaquías, capítulo 4, verso 1 al 6, y entonces tendrá vida, la vida de Dios la tendrá, y será restaurado el Reino a Israel.
Y ahora, la tercera etapa del Séptimo Sello estará siendo manifestada en este tiempo final, esa tercera etapa del Séptimo Sello corresponde a este tiempo final, y en este tiempo final todo lo que Dios estará haciendo por medio de Su Espíritu Santo, corresponde a ese Séptimo Sello, en unión al Sexto Sello.
El pueblo hebreo en el Año Nuevo celebra la Fiesta de las Trompetas, esa es la Voz de Dios, donde se anuncia el juicio divino que va a venir sobre la Tierra, o sea, se predica el día de venganza del Dios nuestro, y se da a conocer quiénes van a vivir eternamente y quiénes no van a vivir, quiénes van a ser transformados y quiénes van a pasar por la gran tribulación, y qué naciones van a ser salvas y qué naciones van a desaparecer de la faz de la Tierra.
Israel es la higuera, y los demás árboles son las demás naciones (demás naciones que van a entrar a ese Reino Milenial), las demás naciones que van a recibir una resurrección espiritual, como Israel recibe una resurrección espiritual, y recibe también una resurrección como nación.
Y ya la tenemos como una nación libre y soberana, pero le falta la resurrección espiritual donde entrará el Espíritu de Dios a ella bajo el ministerio de Elías, conforme a Malaquías, capítulo 4, verso 1 al 6, y entonces tendrá vida, la vida de Dios la tendrá, y será restaurado el Reino a Israel.
Y ahora, la tercera etapa del Séptimo Sello estará siendo manifestada en este tiempo final, esa tercera etapa del Séptimo Sello corresponde a este tiempo final, y en este tiempo final todo lo que Dios estará haciendo por medio de Su Espíritu Santo, corresponde a ese Séptimo Sello, en unión al Sexto Sello.
El pueblo hebreo en el Año Nuevo celebra la Fiesta de las Trompetas, esa es la Voz de Dios, donde se anuncia el juicio divino que va a venir sobre la Tierra, o sea, se predica el día de venganza del Dios nuestro, y se da a conocer quiénes van a vivir eternamente y quiénes no van a vivir, quiénes van a ser transformados y quiénes van a pasar por la gran tribulación, y qué naciones van a ser salvas y qué naciones van a desaparecer de la faz de la Tierra.
Extracto tomado de http://carpa.com/node/1504
